Hay lugares que ahora no son más lugares.
Aeropuertos, salas de espera, habitaciones de hotel y cada vez más espacios donde no hay nada que manifieste una convergencia de creencias, culturas o actividades humanas...
El No-lugar arquitectónico se transformó en un No-lugar antropológico. Espacios donde no se forjan relaciones ni asociaciones y que no obedecen a nada de lo propio.
Pero hay otro tipo de No-lugares: aquellos a donde nos mandan, o a donde nos queremos ir, pero a los que nunca llegamos. Son espacios físicos que no son y, que si son, son inaccesibles.
Cuando estás harto o cansado de una situación determinada, optás por irte a la... Ese es un lugar al que, aunque te vayas en ese mismo instante, no llegás. Llegás a otro, en el cual podés optar por la misma opción, y así una y otra vez...
Lo mismo pasa cuando te mandás una macana y te mandan a la...Por más que quieras, y se lo expliques a esa persona, y por más que te mande una y otra vez, nunca vas a poder llegar...
Estos lugares tal vez existan y simplemente nadir sabe llegar, tal vez sólo existan en el imaginario colectivo o, incluso, tal vez existan como espacios interiores dentro de cada persona.
Lo que sí sé y creo que sería más sabio y, al mismo tiempo, más práctico, es mandar a la gente a un punto geográfico específico al cual pueda llegar con facilidad. De hecho, creo que hasta se le podría facilitar a la gente un croquis del lugar al cual se la manda.
Habría que tener en cuenta el "¡Piérdete!". Ahí no hay mapa y se deja todo librado al conocimiento del receptor y no del emisor
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