Cuando la Selección Nacional queda eliminada del certamen, el mismo pierde inmediatamente el 87% de la importancia que tenía para los habitantes de la Nación Argentina.
Actitudes a la hora de enfrentar la derrota:
Desentenderse completamente del tema:
"¿Mundial? ¿Qué Mundial? Hay cosas más importantes que el fútbol", diciéndolo como si fuera verdad. Y como si no estuviéramos 100% dispuestos a faltar al laburo, facultad, colegio o, incluso al quirófano, ya sea que tengamos que operar u operarnos de urgencia...
Negación:
Seguir con el tema, vivir como si no se hubiera terminado. Se reviven los partidos y se revisan los tapes para ver los caprichos de la Jabulani, los goles que no metió Messi y las tarjetas que no le pusieron a Otamendi; todo, mientras suena el tema de K´naan (porque el waka waka es un desastre) y se mastica amargura.
Optimis-mizar la perspectiva:
Empezar a pensar en el Mundial que viene (Copas Américas y Olimpíadas también vale). "Se sentaron las bases de una nueva selección, vamos a pelear con todo en el próximo campeonato". La mente 100% puesta en Brasil (tanto en que los eliminaron antes que a nosotros (unas horas antes) como en el 2014). Se empieza a ahorrar para el viajectio.
Transferencia de ilusiones:
Toda la fe que se tenía en la selección la deposito en mi club, aunque sea de Cambaceres. Volver a hablar del fútbol local, como los últimos cuatro años... y como los próximos.
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